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En Lawrence, El Cambio A Clases Online Podría Profundizar Las Desigualdades Entre Estudiantes

Margareth Jesus y su hija Lucero leen juntas mientras Jesus espera a que comience su clase online. (Jesse Costa/WBUR)
Margareth Jesus y su hija Lucero leen juntas mientras Jesus espera a que comience su clase online. (Jesse Costa/WBUR)

Traducido por El Planeta Media. Or, here in English.

Lucero y Jesús echan de menos la escuela. Ellos tienen 5 y 10 años de edad, y están jugando en casa mientras su madre, Margareth Jesus, se alista para ir al trabajo en una fábrica en North Andover.

El padre de los niños ha estado recientemente en el hospital con complicaciones por diabetes. Margareth Jesús ha estado considerando enviar a sus hijos de regreso a la República Dominicana para que su abuela pueda cuidarlos mientras ella trabaja. Y comienza a llorar...

"Nunca me he separado de mis hijos", dice, "ellos son la vida mía".

Después del desayuno Jesús, de 10 años, se balancea en su silla en frente de una computadora en la sala de la casa. Está tomando su lección diaria de una hora. Hoy, la clase es de matemática, y la maestra está describiendo conceptos geométricos a unos 20 estudiantes, luchando por abordar problemas técnicos a medida que avanza. Un asistente de habla hispana está ayudando a los estudiantes que hablan español.

En un cuaderno, Jesús toma notas para una tarea que tendrá que hacer después de su clase en línea. (Jesse Costa / WBUR)
En un cuaderno, Jesús toma notas para una tarea que tendrá que hacer después de su clase en línea. (Jesse Costa / WBUR)

A Jesús le gusta levantar la mano y participar, pero ya tiene conciencia del retroceso que está experimentando.

"Yo no estoy aprendiendo tanto aquí como lo hago en la escuela, porque las lecciones toman a penas 30 minutos, a veces una hora, y la escuela es ocho horas".

Jesús es uno de los 14,000 estudiantes en las escuelas públicas de Lawrence que, como los niños en todo el estado, han tenido que hacer la transición al aprendizaje remoto en los últimos meses. Con algunos distritos mejor equipados que otros, y algunas familias mejor posicionadas para adaptarse al cambio, los expertos dicen que el rápido cambio a la educación remota empeorará las desigualdades existentes entre estudiantes de diversos orígenes y distritos con diferentes niveles de recursos.

Los expertos dicen que los efectos se sentirán más en algunas de las comunidades más pobres del estado, como Lawrence, que también es una de las ciudades más afectadas por la pandemia.

"Desde que nos mudamos al aprendizaje remoto, se han realizado progresos casi nulos porque los estudiantes no se involucran con los maestros o el contenido de una manera significativa", opina Theresa English, profesora de historia en Lawrence High School.

Ella estima que aproximadamente una cuarta parte de sus estudiantes no se han involucrado con la escuela desde que comenzó la transición al aprendizaje remoto, en marzo. Las razones son múltiples: los estudiantes tienen problemas para acceder a las clases en línea, a menudo comparten computadoras con sus hermanos y muchos padres no hablan inglés ni tienen el tiempo para dedicar a ayudar a los niños a mantenerse en el camino correcto.

"Un gran porcentaje de mis estudiantes, probablemente cerca de la mitad, están trabajando ahora", dice English. "Algunos de ellos incluso tienen un segundo trabajo. Y la escuela no es su prioridad".

Esta situación podría conducir al mayor retroceso educativo del siglo según Fernando Reimers, profesor de educación global en Harvard University y ex miembro de la junta educativa estatal.

"Habrá niños que nunca terminarán la escuela secundaria debido a esto", dice. "Habrá niños que nunca irán a la universidad debido a esto. Habrá personas que tendrán trabajos peor pagados de lo que hubieran tenido de otra manera".

Esto es un revés que Lawrence no puede permitirse. Debido al bajo rendimiento académico constante, el distrito ha estado bajo supervisión estatal durante los últimos ocho años. Y a muchos les preocupa que cualquier progreso en cerrar la brecha de logros se desvanezca debido a la pandemia.

Es difícil saber cuánto están aprendiendo los estudiantes en este momento. No existe un estándar estatal para medir la participación de los estudiantes en el aprendizaje remoto: cada distrito recopila los datos a su manera. Y Lawrence se encuentra entre los distritos que no están recolectando datos en absoluto.

La superintendente Cynthia Paris dice que es difícil entender el panorama completo en medio del cambio a la educación remota, y que los maestros usan una variedad de plataformas de las cuales el distrito no necesariamente puede recopilar información.

"Entonces, si tuviéramos que decir ... números duros, eso es muy complicado para nosotros porque la prioridad ha sido la participación en varias plataformas", dice Paris.

WBUR y El Planeta solicitaron estadísticas de participación escolar de los 13 distritos más grandes de Massachusetts. Solo tres proveyeron cifras. Todas estaban incompletas.

En las Escuelas Públicas de Boston, uno de cada cinco estudiantes no había ingresado a las plataformas oficiales donde se dictan las clases el mes pasado. En Fall River, el distrito sabe que la mayoría de los estudiantes usan sus computadoras, pero no lo que hacen los estudiantes.

El profesor de educación Fernando Reimers advierte que esta ausencia de datos hará que sea difícil evaluar el cambio a la educación remota.

"Negar la investigación es taparse los ojos, es decidir que no quiero saber lo que pasa. Y no veo cómo es posible navegar a través de esta crisis sin una brújula", dice el académico.

Con o sin datos, el impacto de la epidemia de coronavirus en la educación en los distritos con dificultades no se comprenderá completamente hasta que termine.

Pero un análisis recientemente realizado por el grupo de activistas ParentsTogether Action encontró "enormes disparidades en el éxito del aprendizaje remoto en función de los ingresos familiares". La organización encuestó a 1.500 familias para comprender las diferencias en el aprendizaje remoto durante la pandemia, y concluye que los estudiantes más ricos participan el doble de veces que el resto.

Según la encuesta, 40 por ciento de los estudiantes más pobres se conectaron a clases en línea a penas una vez a la semana o menos. Lo mismo es cierto sólo para el 4 por ciento de los estudiantes más ricos. Y en contraste, para las familias que ganan más de $100,000 al año, el 83 por ciento de los niños participaron todos los días.

Margareth le da una cuchara a Lucero para que coma su bocadillo de yogur a última hora de la mañana, mientras Jesús se sienta en una silla usando una computadora portátil. (Jesse Costa / WBUR)
Margareth le da una cuchara a Lucero para que coma su bocadillo de yogur a última hora de la mañana, mientras Jesús se sienta en una silla usando una computadora portátil. (Jesse Costa / WBUR)

De vuelta a Lawrence, Margareth Jesus prepara a sus hijos para visitar a una prima en Beverly.

Pero el padre de los niños todavía tiene mala salud, y Margaret teme que pueda tener una recaída, y eso podría significar tener que enviar a sus hijos a la República Dominicana.

Las autoridades en Lawrence aseguran que la pandemia ya ha provocado que muchas familias abandonen la ciudad y el país, y con el próximo año escolar aún incierto, no está claro si todos los estudiantes van a regresar.

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Tibisay Zea Cognoscenti contributor
Tibisay Zea is a Venezuelan journalist based in Boston.

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Simón Rios is an award-winning bilingual reporter in WBUR's newsroom.

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